Lo ausente no está ausente,
sólo apenas distante del instante.
Al poner el oído fantasioso
junto a la laminilla que separa
lo presente y lo ausente,
una vaga corriente se incorpora,
flor que surge del fondo del latido,
y así ya no es posible distinguir
lo que está y lo que estuvo,
y ya la ausencia duerme entre mis sienes
y la presencia es este don distante.
David Escobar Galindo
Incluido en Umbral Oriente. Colección toda la poesía 6. Ediciones Thau. San Salvador. 2002.