DESPLEGANDO UNA BANDERA ROJA
Primero fue escuchar
pero después de cuanto
dijo el tímpano sí
ahora oigo y vos
sos también yo es decir
verbo y no la nada
que alza el corazón
Tienen cara de piedra
trajo el viento del sur
dicho por Cutral-co,
era de una mujer
la voz solita y quema
en ruta piquetera,
lo aprendí solo de oído
sin conocer las reglas
del arte que mantenga
siempre en alto la ronca
voz. Para comer hay
que arriesgarse la página
del diario asalta y tiembla
la tranquila mañana
como Dios manda y, queda,
dicha al oído en voz
baja, pa'comer nomás
en la oreja estalla
de la dura de oído,
dicese de quien es
algo sorda mejor
escucha una piedra
la larga nota en mi
menor que las entrañas
de la tierra cantan,
atestiguo y voy de oídas
una tras otra quieren
dejarnos sin alma y
por el barrio de Palermo
una nena escribe
la historia que que voy
a ser yo de grande
¡ciruja señor! ¿qué
si no? entrar o entrare
una cosa por un
oído y salir o
salirle a una por otro
no estimar el aviso
como quien oye llover
Hacerse cargo que
—Ya lo leí señora
¿y qué hacemos ahora?
No lo sé. Quién es esta
mujer. ¡Pica! ¡Mancha!
oír ver y callar
se advierte o aconseja
no se entrometa donde
no le toca. No obstante:
¡viva! bandera roja
Diana Bellessi