DIARIO ESPIRITUAL
Es un lago mi alma;
Lago, vaso de cielo,
Nido de estrellas en la noche calma,
Copa del ave y de la flor, y suelo
De los cisnes y el alma.
. . . . . . . . . . .
—Un lago fue mi alma...—
Mi alma es una fuente
Donde canta un jardín; sonrosan rosas
Y vuelan alas en su melodía;
Engarza gemas armoniosamente
En el oro del día.
. . . . . . . . . . .
—Mi alma fue una fuente...—
Un arroyo es mi alma;
Larga caricia de cristal que rueda
Sobre carne de seda,
Camino de diamantes de la calma.
. . . . . . . . . . .
—Fue un arroyo mi alma...—
Mi alma es un torrente;
Como un manto de brillo y armonía,
Como un manto infinito desbordado
De una torre sombría,
¡Todo lo envuelve voluptuosamente!
. . . . . . . . . . .
—Mi alma fue un torrente...—
Mi alma es todo un mar,
No un vómito siniestro del abismo:
Un palacio de perlas, con sirenas,
Abierto a todas las riberas buenas,
Y en que el amor divaga sin cesar...
Donde ni un lirio puede naufragar.
. . . . . . . . . . .
—Y mi alma fue mar... —
Mi alma es un fangal;
Llanto puso el dolor y tierra puso el mal.
Hoy apenas recuerda que ha sido de cristal;
No sabe de sirenas, de rosas ni armonía;
Nunca engarza una gema en el oro del día...
Llanto y llanto el dolor, y tierra y tierra el mal!...
. . . . . . . . . . .
—Mi alma es un fangal;
¿Dónde encontrar el alma que en su entraña
sombría
Prenda como una inmensa semilla de cristal?
Delmira Agustini