EL ARROYO
¿Te acuerdas?... El arroyo fue la serpiente buena...
Fluía triste y triste como un llanto de ciego,
Cuando en las piedras grises donde arraiga la pena,
Como un inmenso lirio, se levantó tu ruego.
Mi corazón, la piedra más gris y más serena,
Despertó en la caricia de la corriente, y luego
Sintió cómo la tarde, con manos de agarena,
Prendía sobre él una rosa de fuego.
Y mientras la serpiente del arroyo blandía
El veneno divino de la melancolía,
Tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza,
La coroné de un beso fatal; en la corriente
Vi pasar un cadáver de fuego... Y locamente
Me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza.
Delmira Agustini