EL RAUDAL
A veces, cuando el amado y yo soñamos en silencio, —un silencio agudo y profundo como el acecho de un sonido insólito y misterioso— siento como si su alma y la mía corrieran lejanamente, por yo no sé que tierras nunca vistas, en un raudal potente y rumoroso...
Delmira Agustini