SIERRA
Ahorcadas en la viga del techo
con sus alas de canario las mazorcas.
Conejillos de Indias
engañan al silencio analfabeto
con chillidos de pájaro y arrullos de paloma
Hay en la choza una muda carrera
cuando el viento empuja la puerta.
La montaña brava
ha abierto su oscuro paraguas de nubes
con varillas de rayos.
El Francisco, el Martín, el Juan:
trabajando en la hacienda del cerro
les habrá cogido el temporal.
Un aguacero de pájaros
cae chillando en los sembrados.
Jorge Carrera Andrade