A LA MAÑANA DE LA RESURRECCIÓN
Porque hoy llegó a sus términos la ira
del daño universal, más viva aurora
cuanto yace en sus fábricas explora,
cuanto crece a su luz, cuanto respira.
Naturaleza en sus esencias mira
intrépida virtud que las mejora,
y que la suerte humana vencedora
a sucesos más prósperos aspira.
En tanto que el eterno anfiteatro
hoy introduce al inmortal difunto,
componiendo otra vez el orbe suyo,
mísero yo en el ámbito de un punto,
de esta segunda perfección me excluyo
y a dioses fabricados idolatro.
Bartolomé Leonardo de Argensola