EL DARDO
Estoy ebrio de ti, de ti inundado,
ebrio de ti, sudando a borbotones
miel y sangre, salivas, decepciones.
Estoy ebrio de ti de lado a lado.
Ebrio de ti me inclino a tu costado.
De exploraciones voy sin un respiro.
Me baño en tu sudor. Tu piel aspiro.
Tarde llego a tu herida y fatigado.
De tu herida también yo quedo herido,
sin poder disfrutar lo que he ganado,
de tanto amar de amor destituido.
Como el dardo sin blanco disparado
devuelve al arco el vuelo recorrido,
ebrio de ti me duermo a tu costado.
1994.
Belisario Betancur