PUESTO A RECORDAR
Puesto a recordar se extendió
un mar sobre su pluma
y condensó las palabras
como piedras en la playa.
Sentado allí empezó a golpearlas
unas contra otras
y en las esquirlas que saltaron
vio rostros y esas locas cabelleras.
No pudo, entonces, detener el
desencadenamiento de estallidos
y se lanzó al agua con los cielos
por infinito.
Los recuerdos
hicieron de la página
un remolino.
Armando Romero