UN SUEÑO DONDE EL SILENCIO ES DE ORO
El perro del invierno dentellea mi sonrisa. Fue en el puente. Yo estaba desnuda y llevaba un sombrero con flores y arrastraba mi cadáver
también desnudo y con un sombrero de hojas secas.
He tenido muchos amores —dije— pero el más hermoso fue mi amor por los espejos.
Alejandra Pizarnik