A LUZ
Eres, bella Luz, más bella
que de la luz los fulgores;
el candor tu frente sella,
y donde pones tu huella
brotan carminadas flores.
Eres, Luz, luz que del cielo
magnífica se desprende,
luz de paz, luz de consuelo,
luz que a la luz causa celo,
luz que al corazón enciende.
Feliz quien sin pesadumbre
vea la gloria en tu mirada,
y de la gloria a la cumbre
suba contigo, y se alumbre
con tu luz inmaculada.
Sin duda Luz te pusieron
cuando tú a la luz viniste,
porque tus padres sintieron
que tus miradas vertieron
luz que la luz no resiste.
Foco de luz que no ofende,
luz que el iris tornasola,
luz que en el alma se extiende;
luz virginal que resplende
como de Dios la aureola;
luz inocente que brinda
Edén conyugal sin cruz;
¿quién hay que a ti no se rinda?
¡con razón, Luz, eres linda
si le hizo Dios de su luz!
Si eres, Luz, como la fuente
de ese rey astro que asombra
desde el cendal trasparente,
¡bendita seas, luz fulgente!
¡bendita seas, luz sin sombra!
Antonio Plaza Llamas