ÍDOLO DE HUMO
Sobre la cuna del recién nacido
alguien puso la foto pequeñita
de una explosión atómica:
un ídolo de humo, tan pequeño
como la cólera de los poderosos,
como la ceguera de los enamorados.
Me recliné en su cuna
y me asomé a sus ojos.
Desde una ciudad,
antes remota,
nos llegaba la música
que acunaba su sueño y su vigilia.
Manuel Altolaguirre