LAS RAÍCES
Siempre dentro de casa, maternales,
afanosas, oscuras, olvidadas,
sosteniendo a la luz hijos hermosos,
cumpliendo en ellos un deber de entraña.
Madres con tantos labios como fuentes
puedan brotar delgadas por el duro
cielo interior en donde están hundidas.
Madres con manos firmes, que no dejan
de ser sostén y de encontrar sustento,
a través de durísimas regiones,
para el hijo que elevan en los aires.
Manuel Altolaguirre