DE CÓMO TROTACONVENTOS CONSSEJÓ AL ARÇIPRESTE QUE AMASE ALGUNA MONJA E DE LO QUE LE CONTESÇIÓ CON ELLA
Estrofas 1332-1347
Ella me dixo: «Amigo, oydme un poquillejo:
amad alguna monja, creedme de conssejo,
non se cansará luego nin salirá a conçejo;
andaredes en amor de grand' dura sobejo.
»Yo las serví un tienpo, moré y byen diés años:
tienen a sus amigos viçiosos, syn sosaños,
¡quién diríe los manjares, los presentes tamaños,
los munchos letuarios nobles e tan estraños!
»Muchos de letuarios les dan muchas deveses:
diaçitrón, codonate e letuario de nueses,
otros de más quantía de çinorias rreheses,
enbían unas e otras cada día a rreveses.
»Cominad', alexandría, con el buen diagragante,
diarrodon abbatis con el fino gengibrante,
miel rrosado, diaçymino, diantoso va delante,
e la rrosata novela, que debiera nonbrar ante.
»Adragea, alfenique con el estomaticón
e la gariofelata con diamargaritón,
triasandalos muy fino con diasaturión,
que es para doñear preçioso e noble don.
»Ssabed que tod' açúcar ally anda baldonado:
polvo, terrón e candy e mucho del rrosado,
açúcar de confites e mucho del violado,
de muchas otras guisas, que ya he olvidado.
»Monpeller, Alisandría e la nonbrada Valençia
non tyenen letuarios tantos nin tanta espeçia;
los más nobles presenta la dueña que más se preçia:
en noblesas d' amor ponen toda su hemençia.
»E aun ál vos diré de quanto hy aprendí:
do an vino de Toro, non beven de valadí;
desque me partí dellas, tod' este viçio perdy:
quien a monjas non ama, non val' un maravedy.
»Ssyn todas estas cosas, han muy buenas maneras:
son mucho encubiertas, donosas, plasenteras,
más valen e más saben sus moças cosineras
para el amor del mundo, que las dueñas de sueras.
»Como ymajen pintada de toda fermosura,
fijasdalgo muy largas e francas de natura,
grandes doneaderas, amor sienpre les dura,
comedidas, cunplidas e con toda mesura.
»Todo plaser del mundo, todo buen doñear
ssolás de mucho plaser e falaguero jugar:
todo es en las monjas más qu' en otro lugar:
provadlo esta vegada e quered ya sossegar».—
Díxel: «Trotaconventos, escúchame un poquiello:
¿yo entrar cómo puedo, do non sé tal portiello?»—
Diz': «Yo lo andaré un pequeño rratiello:
quien fase la canasta, fará el canastiello».—
Ffuese a una monja, que avía servida;
díxome que l' preguntara: «¿Quál fue la tu venida?
¿cómo te va, mi vieja? ¿cómo pasas tu vida?»—
«Señora,» diz' la vieja: «¡Así!
¡comunal vyda!
»Desque me party de vos a un arçipreste sirvo,
mançebo e byenandante, de su ayuda bivo;
para que a vos sirva cadaldía lo abivo:
señora, del convento non lo fagades esquivo».—
«Dixol» doña Garoça: «¿Enbiote él a mí?»—
Díxele: «Non, señora; yo me lo comedí:
del byen, que me fesistes en quanto vos serví,
para vos lo querría, que mijor nunca vy».
Aquesta buena dueña avía seso sano:
era de buena vida, non de fecho lyviano;
diz': «Asy me contesçe con tu conssejo vano,
como con la culuebra contesció al ortolano:»
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320