AQUÍ FABLA DEL PECADO DE LA SSOBERVIA
Estrofas 230-236
Sobervia mucha traes ado miedo non as;
piensas, pues non as miedo, tú de qué pasarás,
joyas para tu amiga de qué las conplarás:
por esto rrobas e furtas, porqué tú penarás.
Ffazes con tu sobervia cometer malas cosas,
rrobar a camineros las joyas preçiosas,
forçar muchas mugeres cassadas e esposas,
vírgenes e solteras, vyudas e rreligiosas.
Por tales malefiçios mándalos la ley matar:
mueren de malas muertes, non los puedes tú quitar;
llyévalos el diablo por el tu grand abeytar,
fuego infernal arde do uvias assentar.
Muchos por tu sobervia los feziste perder;
primero muchos ángeles, con ellos Luífer,
que, por su grand sobervia e su desagradesçer,
de las sillas del cielo ovieron de caer.
Maguer de su natura buenos fueron criados,
por la su grand sobervia fueron e son dañados;
quántos por la sobervia fueron e son dañados,
no s' podrían escrevir en mill priegos contados.
Quantas fueron e son batallas e pelleas,
injurias e varajas e contiendas muy feas,
amor, por tu sobervia se fazen, bien lo creas:
toda maldat del mundo es doquier que tú seas.
El ome muy sobervio e mucho denodado,
que non ha de Dios miedo nin cata aguisado,
antre muere, que otro más fraco e más lazrado;
contésçel' como al asno con el cavallo armado.
Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, 1320