LA NAVE
(CARDUCCI)
A Ismael. E. Arciniegas
Pasa la nave mía, oyendo el llanto
De los alciones, por la mar undosa,
Y envuélvenla en su marcha procelosa
Del trueno el son, de la tormenta el manto.
A la playa que huyó, vuelven en tanto
Los recuerdos su vista lacrimosa;
Y la esperanza, de vencer dudosa,
El roto remo abraza en su quebranto.
Pero mi genio, sobre el barco erguido,
Ve el mar y el cielo, y canta con voz fuerte,
Del viento y las antenas al crugido.
«¡Boguemos, oh vencidos de la suerte,
Al nebuloso puerto del olvido,
A la escollera blanca de la muerte!».
Antonio Gómez Restrepo