SÁBADO
El animal que llora, ése estuvo en tu alma antes de ser amarillo; el animal que lame las heridas blancas, ése está ciego en la misericordia; el que duerme en la luz y es miserable, ése agoniza en el relámpago.
La mujer cuyo corazón es azul y te alimenta sin descanso, ésa es tu madre dentro de la ira; la mujer que no olvida y está desnuda en el silencio, ésa fue música en tus ojos.
Vértigo en la quietud: en los espejos entran sustancias corporales y arden palomas. Tú dibujas juicios y tempestades y lamentos.
Así es la luz de la vejez, así la aparición de las heridas blancas.
Antonio Gamoneda