ENTONCES Y HOY
Ese era el cuadro que, al romper la noche,
Sus velos de crespón,
Alumbró, atravesando las ventanas.
La tibia luz del sol:
Un techo que acababa de entreabrirse
Para que entrara Dios,
Una lámpara pálida y humeante
Brillando en un rincón.
Y entre las almas de los dos esposos,
Como un lazo de amor,
Una cuna de mimbres con un niño
Recien nacido... ¡yo!
Posadas sobre la áspera cornisa
Todas de dos en dos,
Las golondrinas junto al pardo nido
Lanzaban su canción.
En tanto que a la puerta de sus jaulas,
Temblando de dolor,
Mezclaban la torcaza y los zentzontlis
Sus trinos y su voz.
La madreselva, alzando entre las rejas
Su tallo trepador,
Enlazaba sus ramas y sus hojas
En grata confusión.
Formando un cortinaje en el que había
Por cada hoja una flor,
En cada flor una gotita de agua,
Y en cada gota un sol,
Reflejo del dulcísimo de entonces
Y del doliente de hoy.
Mi madre, la que vive todavía
Puesto que vivo yo,
Me arrullaba en sus brazos suspirando
De dicha y de emoción,
Mientras mi padre en el sencillo exceso
De su infinito amor,
Me daba las caricias que más tarde
La ausencia me robó,
Y que a la tumba en donde duerme ahora
A pagarle aún no voy...
Forma querida del amante ensueño
Que embriagaba a los dos,
Yo era en aquel hogar y en aquel día
De encanto y bendición,
Para mi cuna blanca, un inocente,
Para el mundo un dolor,
Y para aquellos corazones buenos
¡Un tercer corazón!...
De aquellas horas bendecidas, hace
Ventitrés años hoy...
Y de aquella mañana a esta mañana,
De aquel sol a este sol,
Mi hogar se ha retirado de mis ojos,
Se ha hundido mi ilusión,
Y la que tiene al cielo entre sus brazos,
La madre de mi amor,
Ni viene a despertarme en las mañanas,
Ni está donde yo estoy;
Y en vano trato de que mi harpa rota
Module una canción,
Y en vano de que el llanto y sus sollozos
Dejen de ahogar mi voz...
Que solo y frente a todos los recuerdos
De aquel tiempo que huyó,
Mi alma es un santuario en cuyas ruinas,
Sin lámpara y sin Dios,
Evoco a la esperanza, y la esperanza
Penetra en su iuterior,
Como en el fondo de un sepulcro antiguo
Las miradas del sol...
*
* *
Bajo el cielo que extiende la existencia
De la cuna al panteón,
En cada corazón palpita un mundo,
Y en cada amor un sol...
Bajo el cielo nublado de mi vida
Donde esa luz murió.
¿Qué hará este mundo de los sueños míos?
¿Qué hará mi corazón?
Manuel Acuña