ATESORE EL AVARO
(Traducción de Tibulo)
Atesore el avaro
y de extendidas heredades coja
el opulento esquilmo
para que en susto viva y en congoja,
y oiga azorado el eco de la guerra
que el sueño de sus párpados destierra.
Allá el rico se goce
en su tesoro que de paz le priva
y heredades allegue
para que inquieto y temeroso viva
y al eco se estremezca de la guerra
que el sueño de sus párpados destierra.
Contigo en ocio blando
me abrace yo, segura medianía,
y no falte al humilde
hogar el fuego; y la esperanza mía
no engañe la cosecha, y de la uva
con el purpúreo humor hierva la cuba.
Que yo la nueva cepa
mande a la tierra, labrador sencillo,
o de sabrosa poma
plante con fácil mano el arbolillo,
o confíe a los surcos las simientes,
culto doy a los ojos sonrientes.
Yo su imagen adoro
ora de ramas coronado vea
rudo leño en el campo,
o piedra antigua en la vecina aldea,
y llevo a sus altares de mi quinta
el primer fruto que el verano pinta.
Rubia Ceres, corona
de doradas espigas en la puerta
colgaré de tu templo,
y colocado en medio de la huerta
serás, rojo Príapo, tú que sabes
la hoz en mano amedrentar las aves.
Ni a vosotros rehúse,
oh Lares, la debida cortesía
la de quien sois amparo,
sin heredad ahora y rico un día,
aunque ya no os inmole el que antes era
ganadero feliz, gorda ternera.
Hoy blanca corderilla
será para vosotros degollada
y en rededor la fruta
de festivas guirnaldas adornada.
¡Ea! ¡Ea! dirán los campesinos
dadnos grande mies y dulces vinos.
Andrés Bello
Incluido en Poesías Andrés Bello; prólogo de Fernando Paz Castillo, en www.cervantesvirtual.com