CANCIÓN DEL TIEMPO Y EL ESPACIO
Como en la vaguedad de un espejismo
Cordero tranquilo, cordero que paces
Decid cuando yo muera... (¡y el día esté lejano!)
El alma traigo ebria de aroma de rosales
El dulce niño pone el sentimiento
El son del viento en la arcada
En libre vuelo, el cielo de mi América
Hay días en que somos tan móviles, tan móviles
Honda, inmóvil, letárgica laguna
Le pedí un sublime canto que endulzara
Mi mal es ir a tientas con alma enardecida
Mi vaso lleno —el vino del Anáhuac—
Michael Farrel ardía con un ardor puro como la luz
Nada a las fuerzas próvidas demando
¡Oh sombra vaga, oh sombra de mi primera novia!
Pintad un hombre joven... con palabras leales
Retorno de tal sueño hacia la playa
Turbaban mi conciencia en el precario
Un monte azul, un pájaro viajero
Vengo a expresar mi desazón suprema
Y fui después un numen transitorio
Yo descendí de la antioqueña cumbre
Yo no sabía que el azul mañana