JULIO CÉSAR VENCEDOR
César venció. Y el campo de batalla
se ve lleno de sal y escalofrío.
Su potro embosca a poderoso río
y en Munda el suelo arrodillado calla.
Suda la piedra y en los astros falla
lumbre y augurio. Y el furor sombrío
de este hombre triste, empuja hacia el vacío
las tempestades y los héroes que halla.
Mas hay un ciego tremolar en Roma
cuando un puñal caótico desploma
al vencedor bramante de Ariovisto.
No está su efigie en el Panteón de Agripa,
y su muerte satánica anticipa
el odio y la traición a Jesucristo.
Germán Pardo García