EL REGRESO
Volví después de muchos años. Todo
lo mismo. El puente de madera. El río
lento, entre guaduas y negruzco lodo;
y de teja y de paja el caserío.
La calle principal, con su empedrado
roto a trechos. Asómanse curiosos...
niños que van corriendo por el prado,
y en la plaza, naranjos rumorosos.
Y su casita, como entonces. Flores
en la ventana, adonde fui temblando
en años idos con canción de amores...
de esa ventana me alejé llorando.
¿Casada? ¿Muerta? No lo sé. La vida
desgarró mi ilusión, ensueño de oro.
¡Amor y versos de mi edad florida!...
...Y nuevamente en las tinieblas lloro.
Ismael Enrique Arciniegas