LETRILLA
Contentamientos pasados,
¿qué quereis?
Dejadme, no me canséis.
Contentos cuya memoria
a cruel muerte condena,
idos de mí enhorabuena,
y pues que no me dais gloria
no vengáis a darme pena.
Ya están los tiempos trocados,
mi bien llevóselo el viento,
no me deis ya más cuidados,
que son para más tormento
contentamientos pasados.
No me os mostréis lisonjeros,
que no habéis de ser creídos,
ni me amenacéis con fieros,
porque el temor de perderos
lo perdí siendo perdidos,
y si acaso pretendéis
cumplir vuestra voluntad
con mi muerte, bien podréis
matarme; y si no, mirad,
¿qué queréis?
Si dar disgusto y desdén
es vuestro propio caudal,
sabed que he quedado tal
que aún no me ha dejado el bien
de suerte que sienta el mal;
mas con todo, pues me habéis
dejado y estoy sin vos,
¡paso!, ¡no me atormentéis!
Contentos, idos con Dios,
dejadme, no me canséis.
Vicente Espinel