BLANCURA
Espina tú, oído blanco.
Mundo, mundo,
inmensidad del cielo, calor, remotas tempestades.
Universo tocado con la yema,
donde una herida abierta
ayer fue abeja, hoy rosa, ayer lo inseparable.
Soy tú rodando entre otros velos,
silencio o claridad, tierra o los astros;
soy tú yo mismo, yo, soy tú, yo mío,
entre vuelo de mundos bajo el frío,
tiritando en lo blanco que no habla,
separado de mí como un cuchillo
que separa dos rosas cuando nieva.
Vicente Aleixandre