PLAYA IGNORANTE
Entrar sin música en el mar; vengo del mundo,
del mundo o del agotamiento.
No pido espinas ni firmeza; arenas, ignoradme.
Vengo soltando música por los talones verdes;
algas del mar, no agitéis vuestros odios,
no adormezcáis la onda hecha un lecho de luna
donde yo me distienda olvidando mi peso.
Combatido por la más pura batalla de las uñas,
entre un remolino de pelos que me quiere alzar hasta un ojo divino,
no busco cielos ni turquesas, ni esa rotundidad inviolable
contra la que nada puede el alto grito.
Estoy sentado y humedecido mecido por mis calores
y las aguas traspasan mis oídos traslúcidos.
No aprenderé las palabras que me están rozando,
ni desliaré mi lengua de debajo de mis pisadas.
Pienso seguir así hasta que el agua se alce,
hasta que mi piel desprendida deje sueltos los ríos.
Oh mares que se suceden contra mi cuerpo inmovible,
peces espadas y ojos que queman bajo las aguas,
si canto pareceré la marea esperada
y asomaré a la playa con la timidez de la espuma.
Vicente Aleixandre