MEMORIA
Valle de ausencias claro,
frescor de nube presto
presencia dan a un vivo
paisaje descubierto.
La soledad en él
húmeda, me hace, quieto,
quedarme suspendido
sobre el caudal da tiempo.
La tarde ha ido sesgando
de luces el espejo,
en que verán mis ojos
jugarse en el silencio
la tenue y dulce farsa
de masas: tu reflejo.
Asir así el pasaje
precario de tu cuerpo
sobre la base grata,
fluida del espejo.
Y mirar en la margen
tus manos, con gesto
brumoso de la huida,
hurtarse a mí, sediento.
Vicente Aleixandre