SONETO
PROSIGUE EN SU PESAR, Y DICE QUE AUN NO QUISIERA ABORRECER A TAN INDIGNO SUJETO, POR NO TENERLA ASÍ AÚN CERCA DEL CORAZÓN
Silvio, yo te aborrezco, y aun condeno
el que estés de esta suerte en mi sentido:
que infama al hierro el escorpión herido,
y a quien lo huella, mancha inmundo el cieno.
Eres como el mortífero veneno
que daría a quien lo vierte inadvertido,
y en fin eres tan malo y fementido
que aun para aborrecido no eres bueno.
Tu aspecto vil a mi memoria ofrezco,
aunque con susto me lo contradice,
por darme yo la pena que merezco:
pues cuando considero lo que hice,
no sólo a ti, corrida, te aborrezco,
pero a mí por el tiempo que te quise.
Sor Juana Inés de la Cruz
Incluido en Versos profanos. Grijalbo Mondadori S.A. 1998.