A OLMEDO
Simón, desecha al fin la servidumbre
Y cumplido el encargo soberano,
Subió al Tabor del mundo colombiano
Y fue transfigurado en su alta cumbre.
Viendo de allí la libre muchedumbre
La ofreció al cielo con fervor cristiano,
Y allí. Olmedo, el Señor llevó tu mano
A coronar su sien de épica lumbre;
Allí os juntó a los dos eterno abrazo;
Y otro BOLÍVAR ya, y otra victoria
Nadie verá, como esos que tú cantas;
Y así como entre montes Chimborazo
Y el héroe de Colombia en nuestra historia,
Tú sobre nuestros bardos te levantas.
Nueva York, mayo 11: 1872.
Rafael Pombo