EN LA ROTONDA DEL CAPITOLIO DE WASHINGTON
Desde la férrea cúpula
Del San Pedro Político
Elevo a Dios la más sincera súplica
Por tu paz y pureza, inmensa Unión.
¡Pueblo dichoso ¡el único
De sus destinos árbitro!
Recuerda que el mundo íntegro
Finca en ti su esperanza y salvación.
No al egoísmo estúpido
O a intereses efímeros
Sacrifiques la herencia de tus próceres,
Vendas tu eterna, universal misión.
No enturbies la purísima
Fuente de la República:
Es la virtud su solo sustentáculo,
Y en faltando él, vendrá su destrucción.
No siempre el justo escrúpulo
Presidió a tu política,
Robas al indio, y lo corrempes sórdido,
Estafándolo en su último rincón.
Innumerables crímenes
Hiciste en Centro América;
Y a mi Patria, tan pobre como pródiga,
Pagaste con la boca del cañón.
Washington, mayo 30: 1868.
Rafael Pombo