DICIEMBRE 1º: 1864
Callado, triste, solitario, enfermo,
Extraño al mundo que en mi torno bulle,
Soy sólo un pensamiento que se ceba,
Corazón que ama, corazón que sufre.
Amar, sufrir, callar... ¡oh bien terrible,
Drama secreto que jamás concluye!
* * *
Apenas empezaste, en mis oídos
Resonó un doble eterno, tremebundo,
Gritándome: «Eres huérfano en el mundo;
Él ya no es más... no lo volviste a ver».
¿Por qué no morí entonces? ¿Otros golpes
Por qué aguardar?... En mi simpar dolencia
Torné a reconocer la Providencia
A la luz de unos ojos de mujer.
Socorro celestial, ángel radioso
Que en la noche más negra de mi vida
Hizo exclamar a mi alma sorprendida:
«¿Cuando aún queda qué amar, por qué morir?»
Y amé, pero el amor su cruz tan sólo
Puso, mas no su palma en mi camino:
Amar, callar, penar es mi destino...
—¡Año maldito, acábate de hundir!
Rafael Pombo