ADIÓS A 1855
(1º de enero de 1856, una de la mañana).
¡Barquilla cargada de bienes y de males,
Lanzada a la oscura y horrenda cascada
De la eternidad...!
Íbamos contigo bastantes mortales,
¡Y, ay, cuántos no hallaron ni rama ni abrigo,
Y hundiéronse ya!
¡Adiós! a otra barca pasamos desde hoy;
Te alcanzo... ¡Allá voy, allá voy, allá voy!
Nueva York, julio: 1855.
Rafael Pombo