¡SIXTA!
¡Conque ya no eres más! ¡Tú que brindabas
Vida, contento, juventud, frescor!
Conque eras tú la flor de una mañana
Que en su primer aroma se exhaló!
¡Vi en tu mirar la historia de tu vida!
Íntima, melancólica, fugaz;
Lágrima que al brillar rueda perdida;
Sueño de amor que con el sol se va.
¿Quién al postrer relámpago de tu alma
Vio encenderse tus ojos de león?
¿Quién va sobre tu huesa abandonada
A deponer humedecida flor?...
¡Oh! pues ya tiene tu recuerdo acíbar
Y era en mi duelo santo talismán,
Que baje a embellecer mis agonías
¡Un rayo de tu espíritu inmortal!
Popayán, agosto 8: 1853.
Rafael Pombo