MI APUESTA DEL AÑONUEVO
A CARMEN
(Hechos en una francachela de añonuevo, previo ambigú)
Como se me ha figurado
Que perder mañana debo
Aquel famoso añonuevo
Que tenemos apostado,
De una vez, como hombre honrado,
A preparártelo voy
Por sí o por no, pues que soy
De aquella opinión cristiana:
«No dejes para mañana
Lo que puedes hacer hoy».
A mala ley te sujetas.
Reniega de la ganancia,
Porque es medio extravagancia
Apostar con los poetas:
Son décimas y cuartetas
Todo nuestro capital;
Y pagar de modo tal
Es tan fácil, que ya quiero
Apostar el año entero
Y derrochar mi caudad.
Por hoy no juzgues extraña
Mi laudatoria largueza,
Pues ya vez que en la cabeza
Me está trinando el champaña.
Esa es nuestra vieja maña
Para esto de improvisar,
Sin dejarte sospechar
Que egtoy teneque peneque,
Pues ni anda el pulso tembleque
Ni cojo el versificar.
Pero si suelto la rienda,
Si echo a rodar el ovillo,
Me sale un batiborrillo
Que ni el demonio lo entienda;
Y nadie se me sorprenda
Si largo algún desatino,
Porque es forzoso destino
Del que alas musas se acoge
Decir cuanto se le antoje
Al consonante que vino.
Mas... basta de introducción
Que inter nos, gente de fondo,
Siempre se va de redondo
Al centro de la cuestión;
Es decir: al corazón,
En lenguaje zalamero;
Y aquí el consonante en ero
(No tengo la culpa yo)
Sin más ni más me obligó
A decirte... que te quiero.
Pagar añonuevo así
A mí me viene de flores,
Porque este cuento de amores
Es novedad para mí;
Si puedo decir de ti
Otro tanto, yo lo ignoro;
Mas sí digo y corroboro
Que al que te llega a advertir
No le ocurre qué decir
Si no decir... Yo te adoro.
Y no te imagines, no,
Con tu modestia de hermosa,
Que, como Venus la diosa,
De espumas mi amor nació:
Pues puedo sostener yo,
Bien en chispa, o fuera de ella,
Que como bella no hay bella
Que sea bella junto a ti,
Y que me tienes a mí
Como... champaña en botella.
Mas «¡qué ocurrencia!» dirás,
Arrugando guapa el gesto,
«¿Qué tiene que hacer todo esto
Con mi añonuevo?»—Allá vas:
Pues si esto leyendo estás,
Y esto prosigues leyendo,
Poquito a poco irás viendo
Que el añonuevo en cuestión
Es... una declaración
Del mal que me estás haciendo.
¡LA LUNA!—¡Adiós! ¡se fue la ficha!
Saludo al año naciente
Que ha de pasar por tu frente
Como un perfume de dicha;
Pero a esta suerte predicha
Impongo una condición:
Que, si no es tu corazón
Egoísta en demasía,
Vamos, tú y yo, en compañía
A probar la predicción.
O hablándote en numerario:
Apostemos, ¡vive Dios!
A ver cuál de entre los dos
Quiere más a su contrario.
En ello cada adversario
Deja empeñado su honor,
Y ha de ser nuestro rigor
Tan redondo y tan parejo
Que se ha de quedar perplejo
Al decidir el AMOR.
Bogotá, enero 1º: 1853.
Rafael Pombo