LA GOTA DE AGUA
Al soplo de terrífico chubasco,
Alborotada lid del mar y el viento,
Onda espumante en sacudón violento
De agua una gota rebotó a un peñasco.
—«¡Ah! la gota exclamó; ¡por fin respiro!
¡Feliz quien vive aparte y quieto y solo!
Ora sí, ruja el mar y tiemble el polo,
Yo desde aquí pacífica los miro.
»¡No ya conmigo jugaréis tirana,
Mar caprichosa, ingobernable, impía!
Divertíos con otras; yo soy mía,
No más la ajena insensatez me afana».
En esto el cielo abrió, y el sol sediento
Rápido a la filósofa escamota.
Aun viviera en el mar la pobre gota;
Mas solitaria se secó al momento.
Rafael Pombo