LA MODESTIA
Cuando asignaba Jove a las virtudes
Su oficio y clase en rededor del hombre,
A la más bella la dejó olvidada
Por haberse quedado arrinconada
Y sin decir su nombre.
—¡Oh Modestia! ¡oh hermana de la Gracia!
Dijo él al advertirlo: por desgracia
Ya no hay lugar vacante, aunque en mi aprecio
Conservas entre todas el primero;
Pero encargarte quiero
Que a las demás virtudes acompañes,
Para realzar su precio.
Rafael Pombo