DIENTES Y CONFITES
Con nueces y confites
Armaron riña
Los dientes primorosos
De cierta niña.
Vamos a ver (gritaron
Muelas y dientes)
Quiénes son más bonitos
Y más valientes.
Y bien pronto, en su rabia
De basiliscos,
Pasaron de las voces
A los mordiscos.
¡Tric! ¡trac! van repitiendo
Dientes y muelas
Al modo de cachucha
Con castañuelas;
Y nueces y confites
Crujen, decrecen,
Se destrizan, se funden,
Desaparecen.
Muertos los enemigos
Y sepultados
Cantan triunfo los dientes
Regocijados.
Mas ¡ay! duró bien poco
Su canto ufano.
Llegó el dolor de muelas
Con lanza en mano,
Y a cada lancetazo
Cruel les repite
¿No quieres otra almendra
Y otro confite?
Y luego tuvo náuseas
La pobre niña,
Y cayó cual ternera
Con la morriña;
Pasó veinticuatro horas
De ansias mortales,
Tomó aceites y polvos,
Lloró a raudales;
No pudo ir a sus juegos,
Quedó encerrada,
Y pagó en largo ayuno
La confitada.
La que quiera volverse
Pálida y fea
Y arruinar esos dientes
De que alardea.
Casque nueces; y almendras
Y dulces coma:
Esa es de las muchachas
La gran carcoma:
Y hasta sus colorcitos
Tan primorosos
Son venenos que tientan
A los golosos.
Nueva York, marzo 20: 1870.
Rafael Pombo