EL SUEÑO DE MALVADO
Viendo en letargo plácido yacer tranquilamente
Un hombre honrado a un déspota cuya felicidad
Era el tormento de otros, —llorando amargamente:
«¡Oh Dios! prorrumpe, ¿el crimen al fin te vence audaz?
»He allí ese monstruo: duerme como el varón cristiano;
¿En dónde estás. Conciencia? Justicia, ¿dónde estás?».
—«¡Cállate, imbécil, cállate! le interrumpió un anciano;
Líbrenos Dios a entrambos de que despierte ya.
»Ahora hay paz en torno del ominoso dueño;
Cuando el tirano duerme, duerme también el mal.
El Cielo a los malvados alguna vez da el sueño
Para que el probo pueda siquiera respirar».
Rafael Pombo