EL CUERPO Y EL ALMA
Dijo el Cuerpo: Yo me toco
Y yo me oigo y gusto y veo,
Y por tanto en mí sí creo,
Y hasta allí no me equivoco.
¿Pero el alma?… Ese es el coco
Nunca oído y nunca visto:
Y un fantasma desprovisto
De estos medios que yo tengo
De sentirme, no convengo
En que exista cual yo existo.
Oyó el alma estas razones
De sabores y de olfato,
Y le dijo: Cuerpo ingrato,
¿Qué, sin mí, fueran tus dones?
Tus sentidos son peones
De mi juicio y mi deseo,
Y si lengua no poseo,
Ni oigo, miro, escribo y tiento
Yo en mi trono atrás me asiento
Y allí, dicto, escucho y veo.
Si no me oyes ni me ves,
Y por tanto audaz declaras
Que no existo, me preparas
Para volverte al revés,
Di ¿cuál tienes de las tres
Potencias con que yo cuento?
¿Quién te ha dado entendimiento
O memoria o voluntad?
Y pues de esa trinidad
Facultad ninguna invistes,
Digo yo que tú no existes
O ambos somos realidad.
Rafael Pombo