EL BÚHO Y EL PALOMO
Érase un búho, dechado
de egoísmo el más perfecto,
de todo siempre esquivado,
cual si diera resfriado
su agrio, antipático aspecto.
«¿Por qué me aborrecerán?»
Dijo irritado y confuso
a un palomito galán.
—«Por culpa tuya», él repuso:
«Ama, oh, búho y te amarán».
Rafael Pombo