A LA PATRIA
¡Patria! madre y viuda
Que consternada y muda
Ni osas llorar tus penas y quejarte,
¡Patria! que en vez de madre, tumba nuestra
Debiéramos llamarte.
Ya en ti no se divisa
La flor de una sonrisa
O es de extranjera tierra el sonreído;
Clamores de dolor rasgan el viento
Y no hallan un oído.
¿Al fin la servidumbre
Será en ti una costumbre?
No hay mal que apiade, no hay maldad que asombre;
¡Si acaso oyen doblar por el que ha muerto,
Ni preguntan su nombre!
¡Ay! tus hijos mejores
Cayeron con las flores
De la primer guirnalda que les diste,
Y en flor de juventud y de ternura
Bajo la hoz los viste.
La virgen desolada,
Viuda antes de casada,
Fue a orar por él y desahogar su duelo,
No encontró el templo ¡oh Dios! ¿para nosotros
No hay ni Dios en el Cielo?
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
...
Madre, al verte me ciega
El llanto que me anega,
Y acierto a sollozar mas no a cantarte;
Que en vez de nuestra madre, tumba nuestra
Debiéramos llamarte.
Septiembre 4: 1864.
Rafael Pombo