SUEÑOS
VIII
Tuve una pesadilla: ¡la agonía
Con todos sus inmóviles dolores!
¡El delirio con todos sus horrores!
¡Infierno que abortó la fantasía!
Mas, ¡desperté! ¡mi mano estaba fría!
¡Daban mis ojos tristes resplandores!
¡Mostraba el labio fúnebres colores!
¡Mi faz la de un cadáver parecía!
...¡Y aquello fue verdad! Fue mi existencia
Esa visión horrenda y angustiada
De que al fin me libró la Providencia.
Volvió al mundo mi alma una mirada,
Viose de mi cadáver en presencia
Y... tuve que soltar la carcajada.
Rafael Pombo