ALBA NOCTURNA
Tan clara era la noche
tan plenamente aurora de la luna
tan tierno amanecer
terco de estrellas
que no sabía si llamarla Concha.
Qué lejos ya la hora
que una mañana pura
alzó sus naranjales,
los tempranos celindros
de tu cálida nieve
y abrió lenta la tierna corola de tus labios.
Pero en la noche llegas
aurora siempre de mi sangre tuya,
pero en la noche llegas
con tus frescos jardines
y amaneces continua
abriendo en la tristeza
que la sombra construye
los pétalos más claros que tiene la alegría.
Rafael Morales