AHORA QUE EL OTOÑO ME UNCE A SU TRISTEZA
Ahora que el otoño me unce a su tristeza,
ahora que imperturbable me arrastra a sus carriles
y empuja como un río de implacables espadas;
ahora que me sumerge en su mapa de niebla
y va borrando terco los nombres y las cosas
en las que yo cantaba,
por las que yo esperaba,
por la que yo vivía;
ahora que en mi cuerpo golpean los adioses
como pájaros muertos caídos desde el aire,
como largos pañuelos de oscuros emigrantes;
ahora entro y me busco en el recuerdo,
mientras llueve en el parque,
y no me encuentro,
perdido en la memoria,
niño solo
buscando una esperanza.
Rafael Morales