LOS DOS ESPEJOS
En el cristal de un espejo
a los cuarenta me vi,
y hallándome feo y viejo,
de rabia el cristal rompí.
Del alma en la transparencia
mi rostro entonces miré,
y tal me vi en la conciencia,
que el corazón me rasgué.
Y es que, en perdiendo el mortal
La fe, juventud y amor,
Se mira al espejo, y... ¡mal!
Se ve en el alma, Y... ¡peor!
Ramón de Campoamor