ABROJOS - LIV
¡Un pensamiento! Cosa
que harto me ha hecho pensar. ¿Habrá tormento
como esta flor, regalo de una hermosa
que me tiene cautivo el pensamiento?
Primero en el ojal de la levita,
después en la cartera...
¡Quién la ve tan marchita,
y ha unos meses, Dios mío, quién la viera!
Hoy creo, en este abismo
de cosas y de ideas tan terrible,
que se han vuelto uno mismo
un pensamiento flor y otro invisible.
Pero es lo peor del caso
que al ir volando el viento,
se llevará de paso
en su giro uno y otro pensamiento.
Rubén Darío, 1866