ABROJOS - XXXIX
El pobrecito es tan feo
que nadie le hace cariño.
¡Dejan en la casa al niño
cuando salen de paseo!...
Y ello no tiene disculpa,
pues, de fealdad tan extraña,
es el molde de la entraña
quien ha tenido la culpa.
Rubén Darío, 1886