ABROJOS - XX
Ponedle dentro el sol y las estrellas.
¿Aún no? Todos los rayos y centellas.
¿Aún no? Poned la aurora del oriente,
la sonrisa de un niño,
de una virgen la frente
y miradas de amor y de cariño.
¿Aún no se aclara? Permanece oscuro,
siniestro y espantoso.
Entonces dije yo: «¡Pues es seguro
que se trata del pecho de un celoso!»
Rubén Darío, 1886