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ESCORIAL I
Está hecho.
No es un afán por el aire,
camino del telegrama.
No es un billete al salir
el tren del primer viaje.
Está hecho.
Se puede medir, exacto,
mayor que el ansia y que el vuelo.
Vive en el paradisíaco
más acá de su proyecto.
Tres siglos tiene; tendrá
veinte, ciento. Porque no
es de tinta ni de alas:
es un edificio de granito.
Sin traducción se le entiende:
ya le tienen traducido
las distancias y los tiempos
a todo: al color de rosa,
a la luna, a la silueta,
al recuerdo en el insomnio.
De estar tan hecho
ya se le acabó el querer.
Lo que quiso es ahora piedra
dimensión, forma. Y da miedo
de que esté ya más arriba
del vivir, al otro lado.
Porque no le falta nada:
está hecho.
Pedro Salinas, 1931