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SOLEDADES DE LA OBRA
“Voy a hacer”. (¡Qué mío es
lo que voy a hacer!)
“Estoy haciendo” (¡Qué mío!)
“Ya está hecho. Míralo”.
¡Cuidado!
El hacer, enajenar,
quedarse solo, de hacer.
Salta, vuela, ya no es tuyo.
Solo.
Solo sin lo mío hecho.
Solo de lo mío, de eso
que hice yo, que me inventé
para no estar solo.
Forma de mis soledades,
yo me la estaba labrando.
Escapada.
La hice con ansias, con alas
de ansias. Se va
detrás de otras ansias, suyas,
poblando los cielos, suyos.
Y entre todo lo que hice,
mío, ya ajeno, ya lejos,
qué solo estaría hoy
sin eso, enorme, infinito,
de nadie, que me acompaña:
lo que aún está por hacer,
lo que yo podría hacer.
¡Y mientras lo hiciera, mío!
Pedro Salinas, 1929