EL ÍCARO
Por mares de esplendor navegas luces
con blandos remos, Icaro atrevido,
a perderte en el sol vas, mariposa;
mas una ola furiosa
te despeña, encendido,
penacho, destrozado par las nubes,
porque al dorado océano te subes;
y en veloz precipicio vuelves Iuego,
Y con alas de fuego
pretendes en el húmedo elemento
Ios vientos de cristal volar sediento;
pero dan las espumas
blando sepulcro a tus flamantes plumas.
Salvador Jacinto Polo de Medina